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martes, 13 de marzo de 2012

Manos que son pies

Hola, jóvenes,

Ando liado y sin tiempo de escribir demasiado, dejando muchas cosas pendientes...

... así que aprovecho las crónicas de mi querido Manuel para no dejar demasiado abandonada la página.

Hoy, ha estado ejerciendo de verdadero intruso profesional, algo contra lo que arremete a menudo... él se dice que no tenía otra, que le avisaron para la famosa sustitución, y que luego le ha tocado dar clases de guitarra, pero también de piano... que es lo que hace normalmente el guitarrista al que él está sustituyendo...

Manuel, como yo mismo, y como tantos guitarristas, se libró de recibir clases de piano complementario en el grado superior, y entre pitos y flautas, debía llevar por lo menos once años sin estudiar (más bien poco, todo hay que decirlo) delante de un teclado... si no recibió su última lección el siglo pasado, poco le faltará...

Por tanto, dando clases de piano "a traición", sin darle tiempo para reciclarse, es como un tuerto miope guiando a un ciego...

Pero, o bien tiene suerte, o sabe poner el dedo en la llaga.

El tío está todo orgulloso porque la de hoy no ha sido una clase de pianistas de primer año, pequeñitos y con palmos de 12 centímetros, ni una de esas clases en que te lo han dejado tan a huevo que te sientes Felipe II, y enseñas que en el piano el enlace sencillo para la mano y correcto desde el punto de vista de la condución de voces, entre La Mayor y Mi Mayor es éste:


y no éste, que si se le ocurrió a alguien que enseña piano, debería hacernos sospechar:


Propuesta de arreglo que, sin otra advertencia, se convierte en un
ejemplo (o en un ejercicio) aberrante para enseñar a enlazar
acordes en el piano a un alumno de primer año.

o incluso "ruborizar", por compartir gremio con el adulto que permite trabajar esto a un niño, supuestamente para formarle...

Bueno...

Manuel envía una digitación que se le ha ocurrido intentando averiguar qué andaba mal en un pasaje de un shuffle que le ha traído a clase una alumna de 6º de primaria, que llevaba estudiando piano desde pequeña (¿desde hace cuatro o cinco años?)... me pide que le diga si es una buena digitación, porque él no se ha atrevido a asegurarle a la alumna de otro (aunque ese otro sea el que deja a los alumnos enlazar acordes por las bravas) que esta digitación:


, digitación que él le proponía, conociéndo a la alumna sólo de una clase, era mejor opción, o una opción más propia de un pianista que esta otra:


La verdad es que no puedo responder con suficiente criterio... 

¿hay algún pianista en la sala?

¿alguien con la suficiente vergüenza como para dar clases sabiendo algo del instrumento?

Ya consultaré a algún compañero de trabajo en alguna escuela...

Para acabar, os diré que Manuel asegura que la digitacion convencía a la usuaria en cuestión... y ella debía ser la que más piano sabía de los tres (contando a Manuel y al ausente al que sustituye)... al menos la que más lo estudia...

Dice que la digitación salió "sola", de forma natural, trabajando el enlace entre un compás y otro, primero con las manos separadas, luego añadiendo voces y pulsos hacia el comienzo del compás... un trabajo que también hago yo con vosotros, mis queridos alumnos, cuando un paso se nos atasca... 

A él le parecía que esa técnica de estudio era una novedad para la pianista (¡trabajar manos separadas en el piano en un pasaje complicado!... Manuel debe estar exagerando... el otro profesor no puede ser tan patán), y, en su opinión, el pasaje funcionaba al cabo de media hora escasa mucho mejor que al comienzo de su clase...

En fín...

Toda esta historia me hace pensar... y, si me descuido, hasta me hace sentir bastante buen profesor... habrá que vigilarse de cerca, no sea que los humos nos conviertan en docentes descuidados... o en profesores desfasados, poco estudiados, desanimados, rutinarios o "revienta-alumnos", como los que parecen responsables de los desvelos de Manuel.

Salud

PD.- He encontrado algo de información sobre los pulgares en teclas negras. Tenéis la referencia AQUÍ

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