miércoles, 27 de junio de 2012

Old-time Religion

Give me that old-time religion,
Give me that old-time religion,
Give me that old-time religion,
It's good enough for me

fragmento de la letra de una canción popular

Hace una semana recibí cuatro juegos de cuerdas Aquila para ukelele soprano. Dos con bordón para la cuarta y dos con una cuarta cuerda aguda.

La misma noche, a la vuelta del trabajo, me puse a encordar el charango de mi hijo, no ya como si fuese una guitarra moderna, si no como una guitarra de 5 órdenes, con una solitaria chanterelle y afinación recurrente... como lo haría Robert de Visée... acabé de pegarme con las clavijas y el New Nylgut bien entrada la medianoche, en una acera a las afueras de mi barrio, para no jugar a tensar la tripa con mis vecinos...

Ahora que escribo, creo recordar que en aquel momento pensé: "¿Pero qué leches andas haciendo un miércoles de madrugada, trasvistiendo a un pobre instrumento boliviano en plan revival del siglo diecisiete?"...

Y la verdad es que desde que conseguí que la cuerda mantuviese una afinación estable (bastante pronto, todo hay que decirlo... al día siguiente y sin tocar demasiado), las dudas se disiparon... el experimento ha cumplido todas mis expectativas... sobradamente...

Me encantan esas cuerdas juntitas, en un orden doble (tengo un ukulele con órdenes simples y las cuerdas son las mismas, pero con un orden doble, el asunto parece aún mejor)... el instrumento es moderno, demasiado pequeño y agudo, pero el tacto y la sonoridad, así como las peculiaridades del encordado recurrente y con órdenes dobles, le hacen a uno pensar que quizá no tenga tanto sentido tratar de transcribir para guitarra moderna las piezas que Gaspar Sanz y Robert de Visée escribieron para la guitarra de su tiempo...

Todavía tengo que profundizar en este último tema y explicar algunas de las cosas que creo ir encontrando al estudiar con esta nueva herramienta (el charango convertible) y que van dirigiendo mi intuición hacia esa conclusión un tanto molesta (como guitarrista de instrumento moderno que vengo siendo). Aún así, no quería dejar pasar más tiempo antes de declarar mi nueva fé...

No quiero, porque sé que las impresiones van sucediéndose y desarrollándose, y se me va olvidando que el pasado jueves (o quizá el viernes), cuando la sensación era mucho más novedosa y los primeros descubrimientos charangueros estaban recién hechos, llegué a sentir eso mismo: fé... una extraña conexión... un redescubrimiento de mi instrumento, tras 23 años... una ilusión de estar atisbando el sentido de las cosas... una revelación...

Quién tuviera varias vidas, o en su defecto, varios brazos, para poder dedicarse abrazar a toda esta increible familia...

Qué el motor inmovil bendiga a Aquila Corde

PD.- Mientras encuentro el momento para ilustrar debidamente esta entrada (con alguna foto en que se vea el nuevo encordado) y para comentar mis observaciones al hilo del estudio de las tablaturas de algunos guitarristas del s.XVII, os dejo unas muestras tomadas con el teléfono móvil, de la pieza con la que se abre la sección de música punteada del primer tomo del libro de Gaspar Sanz:


y algunos ejemplos aún sin comentar:

http://www.youtube.com/watch?v=CNK1qIeT6TM

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