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lunes, 27 de enero de 2025

Texto del libreto del CD "Vna pequeñica centella", de Silvestre Peña Ortega

Hoy es 31 de julio de 2025, pero la fecha de esta entrada es la de la recepción de 16 cajas de 32 CDs, llenas hasta llegar a un contenido total de 500 unidades del disco "Vna pequeñica centella", en el que ,como suelo decir, he tenido el gusto de participar.

Pego aquí el texto que escribí para el libreto:

La biografía de Miguel de Fuenllana suele esbozarse con apenas media docena de testimonios. Todos ellos relacionados con su actividad profesional durante la segunda mitad del siglo XVI. Todavía en 1672, décadas después de su fallecimiento, algunas fuentes siguen reconociendo su trascendencia, citándolo entre las más altas autoridades musicales de su época.

Las siguientes líneas sirven como fugaz resumen de lo que se puede leer on-line en la entrada correspondiente del diccionariode la Real Academia de Historia. A pesar de ello, la multitud de lagunas y preguntas que se esconden en los márgenes del esquemático retrato de Fuenllana (pintado con algunos hechos que damos por sentados, pero que están basados en fuentes casi únicas para cada dato), podrían pasar desapercibidas después de esa única lectura.

La tarea de proponer otros textos (o de comentar la información que se ha utilizado para matizar ese bosquejo) excede con mucho las posibilidades de estas notas. Pero para aliviar las pegas que pudiesen suscitarse tras algunos de los comentarios, se advierte que estos no se hacen a la ligera. Su carácter evocador completa un poco el “cuadro” y no carecen ni de base histórica ni de fundamento bibliográfico. Y tampoco dejan de ser una atractiva referencia para sumergirse en la música y para relacionarse con la persona oculta detrás de estos sonidos.

Tenemos pruebas de la actividad de Miguel de Fuenllana entre los años 1553 y 1578. Poca información personal concreta, aparte de lo que pueda deducirse, por ejemplo, del prólogo de su libro de música. Al parecer nació en Navalcarnero (Madrid), y sería ciego de nacimiento o quedaría privado de la vista desde la infancia.

El aspecto del comienzo del texto en el libreto del CD

Vecino de una esplendorosa Sevilla recién volcada en las Indias, se le cita como tañedor de vihuela de Leonor Ponce de León, marquesa de Tarifa, que residiría en el palacio mozárabe conocido como Casa de Pilatos. En este mismo periodo, con la iniciativa de publicación del libro de música “Orphenica Lyra” (1554), Fuenllana parece estar apelando también a la atención del entonces príncipe Felipe, hijo de Carlos I de España.

A menudo se sugiere que la ruptura laboral con los marqueses de Tarifa, poseedores de una de las mayores fortunas de Andalucía (y posiblemente una de las mayores de todo el Reino de Castilla) fue consecuencia directa del nombramiento del marqués Per Afán de Ribera como virrey de Nápoles, en 1559. Pero éste dejó Sevilla por Barcelona, para ejercer el virreinato de Cataluña en 1553, mucho antes de tener que abandonar la Península, rumbo a Italia.

En cualquier caso, la inversión en la publicación del libro de vihuela, cuyos costes recayeron en la propia familia del músico, se vería compensada en 1560. Es entonces cuando Fuenllana pasa a dar servicio en la Cámara de la reina Isabel de Valois, en Madrid, siendo el único solista que ésta tendría “en nómina”. Su patrona, tercera esposa del ya coronado Felipe II, muere en 1568 a la temprana edad de 22 años, y Fuenllana podría haber cesado del cargo un año después.

De nuevo indeterminación y espacios vacíos. La información disponible sobre los músicos de cámara de la nueva reina Ana de Austria (madre de Felipe III) tampoco ofrece ningún detalle concreto sobre los motivos de la ausencia de Fuenllana en la Corte a partir de 1569. Además, los registros relacionados con los pagos realizados a los cantores de la Cámara y con las actividades de algunos tañedores de vihuela de arco, parecen indicar que estos ocuparían el puesto algunos años después de que el vihuelista tuviera ya otro mecenas.

Los últimos servicios musicales suficientemente documentados datan de poco después, del período comprendido entre 1574 y 1578, cuando se sabe que Fuenllana sirvió a Sebastián I, rey de Portugal y sobrino de Felipe II.

El músico ya había desaparecido en 1621, cuando su hija Catalina escribe reclamando ayuda al rey Felipe III, apelando a algunos de los servicios no remunerados de su padre: unos trabajos que, si se da crédito a esta fuente, se habrían producido en un lapso de 46 años de carrera, para ambos Felipes.

Como se dijo anteriormente, la vida de Fuenllana da sólo un contexto mínimo, y sólo se puede especular sobre las correspondencias entre la música reflejada en su libro impreso y el ambiente lujoso que la favorecía.


Vista del diseño de la contraportada del
"digipack" en que se guarda el CD

Quizá aquí, como en las composiciones que conservamos, se nos ofrezca sólo una parte de la escena. Las piezas fruto de la industria del autor, nacidas de su propia imaginación e inventiva (es decir, sus propias “fantasías”), tienen que ser sólo parte de lo que interpretaría con la vihuela. Sólo podemos imaginar qué aliño llevarían, cómo se sucederían fantasías, tientos, posibles improvisaciones, variaciones o danzas, como se supone que se haría en cualquier otra casa noble o corte.

Evidentemente, la gran cantidad de música inédita de Miguel de Fuenllana parece motivo suficiente para dejar de momento todo lo demás a un lado, redirigir la especulación y centrarse en dejar registro de este género de composiciones.

Fantasía es también el nombre que se da a las exploraciones y desarrollos de una melodía elegida, reflejada y repetida, imitada de diferentes maneras dentro de un marco modal, construyendo un tejido musical característico de la polifonía franco-flamenca del siglo XVI. Ésa era la verdadera prueba de maestría en la música de la época, aquella por la que le gustaría ser evaluado a todo aspirante a un puesto bien remunerado.

Cualquier otro de aquellos olvidados artesanos aún podría ser apreciado hoy a través de sus creaciones más elaboradas: los artesonados, los frescos en los muros, los retratos, los tapices, los azulejos, las yeserías o cualquier otro adorno que todavía muestra la cumbre de sus destrezas.

La misma forma del discurso escrito de Fuenllana parece sugerir cierta sensibilidad ante este mismo problema. Ese libro impreso era su único recurso para presentar su música a un posible público fuera del alcance de sus propias manos. Sus creaciones necesitaban ser comprendidas más que cualquier otra forma de arte: esa podría ser la primera condición para mantener las recetas necesarias para su reconstrucción; para valorarlas; para conservarlas; y para tener los dedos de alguien bailando sobre esta red de trastes y cuerdas, cocinando los sonidos que él prescribía.

Así, con una buena dosis de humildad y a través del texto que prologa a sus piezas, el autor se contentaba con reclamar un simple chispazo que le ayudase a alumbrar y mostrar a su público aquello que se hallaba en su entendimiento. La fuerza de sus argumentos musicales no aspiraba a sustentarse en un ardor de “lenguas de fuego” divino. Quizá era demasiado pedir. Tal vez bastase sólo “vna pequeñica centella”.

Cerca de quinientos años después, tampoco se puede pedir mucho más: la gran mayoría de las “inusitadas sendas” por las que anduviera nuestro músico, “velando las noches y no descansando los días”, esas demostraciones sensibles de la “dulcedumbre de la vihuela”, son hallazgos que todavía hoy necesitan volver a ser transitados y reclamados.

Hacerle un mínimo de justicia a su música cifrada, es, como él mismo sugiere, un “ejercicio continuo” que compensa la “aspereza de los trabajos” y evita que uno quede “sepultado en la ociosidad”.  Así, un servidor de ustedes podría andar ocupado con el pedernal durante otra década y media más, sin llegar a dar con lo necesario para prender una sencilla vela. Una llama mínima con la que vislumbrar un paisaje diseñado con toda la sutileza del oficio de un polifonista a la altura de los más grandes maestros de su época. Una claridad con la que perderse irremediablemente en los recovecos de sus tablaturas.

Vista del interior de la carpeta del digipack,
incluyendo créditos y agradecimientos

El material para el presente disco se grabó durante tres noches consecutivas a partir del plenilunio del 19 de agosto de 2024. Se han incluido tantas piezas como han permitido los 80 minutos de capacidad del propio soporte, aunque, a decir verdad, poco se ha quedado fuera de las 30 interpretaciones hechas en un silencio casi a oscuras, en poco más de una docena de horas robadas al sueño, no sin cierta violencia. Ese otro par de pistas queda a disposición de los curiosos en la plataforma digital de distribución de música de su elección.

El resultado incluye grabaciones de 18 piezas de las que no existirían hasta la fecha registros comerciales publicados: podría decirse que estamos ante más de 50 minutos inéditos de música de este magnífico vihuelista. Las otras 12 piezas (no inéditas) de este proyecto, aparecen previamente dispersas en distintos discos, pocos de ellos dedicados exclusivamente a la música original de Fuenllana, y quizá ninguno centrado solamente en su repertorio de 51 fantasías. Aparte de las incluidas en este CD, existen otras 7 fantasías más del mismo autor, publicadas en registros realizados por otros intérpretes.

Toda esta estadística nos señala que, hasta la fecha, quedan 14 fantasías que, por carecer de registros sonoros, sólo los intérpretes de vihuela o de guitarra (o bien su público, o sus allegados) podrían paladear. Música que en estos momentos no puede escucharse en estos mismos términos, en unas condiciones como las que intenta permitir el presente trabajo.

Esperemos entonces, que este discreto esfuerzo recopilatorio, esta presentación de fantasía tras fantasía, aporte, al menos, referencias con las que dar “carne musical” al conciso conocimiento que se tiene de este autor. Y, si es posible, que sirva a los oyentes para llenar algunos ratos con un poco de disfrute.

Nada podría saciar más mi propia “hambre” que contribuir aquí, por un lado, a generar las ganas ajenas de participar, como oyentes y como practicantes, en la recreación de un arte tan magnífico como el de Miguel de Fuenllana; y contagiar, por otro, este ansia de indagar en los huecos de su contexto musical y biográfico, tan somero y sumido en incógnitas.

Para terminar, unas líneas para recalcar que uno nunca hace el camino solo. Este disco no estaría en tus manos sin el apoyo y la comprensión de Aurora, Pedro y Guillermo. Sin el cariño (y la paciencia) que demuestran desde hace años…

También se lo debemos a Merce y a Eugenio, que reinciden también desde hace muchos lustros.

Y a Carmen. Por algo que si no fuera ya amistad, sólo podría ser mecenazgo… por su apoyo a fondo perdido.

Además, quiero agradecerle a Nico su entrega con este proyecto. Y el hecho de que haya aceptado carretillas de cemento e hiladas de ladrillos a cambio de unos magníficos hacer y saber hacer con micros y pistas. A Marcio, por su compañía, sus imaginarias sin relevo y por pulsar el botón. A Estelle y a Isabela, por sus buenos ojos, revisando el diseño gráfico y maquetando. A Carlos y a Paco Luis por la vista de la madera y por su captura.

Y por supuesto, a esa multitud de cómplices, de ánimo dispuesto a echarse al barro... Darío, Rocío, Mario, Viviana... a todos los que habéis prestado oídos pacientemente a disertaciones y tañidos... Julio, Pol, David... mis disculpas a los que no puedo contar con estos pocos dedos y neuronas.

Con cariño, para todos,

Silvestre Peña Ortega

En Andújar, con la luna llena de septiembre del 24


El disco se puede escuchar en Spotify, en Youtube y en demás plataformas digitales. 

Se puede adquirir a través de la página del sello "La mano de Guido", o escribiéndome un correo electrónico a la cuenta de @gmail.com - completando la dirección escribiendo delante de la arroba el nombre vnapequenicacentella

El título del disco es precisamente ese ("Vna pequeñica centella"), pero como he dicho ya en otra entrada, allá por marzo de 2024, el responsable del sello y yo acordamos que en plataformas digitales el álbum apareciera como "Miguel de Fuenllana: Orphenica lyra (28 fantasías").

Así que si quieren ustedes encontrarlo, (de momento) tienen que buscar escribiendo eso otro... Miguel de Fuenllana, Orphenica lyra, etc., etc.

Salud


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