Aprovecho la ocasión para deciros que voy a agrupar los enlaces de las entradas publicadas que tengan que ver con instrumentos en esta nueva página del blog...
Ahora, con una sección dedicada al tema, no tengo excusa ni reparo para enseñaros y hablar brevemente de un instrumento que adquirí hace unos meses.
Ahí arriba tenéis un charango un poco especial.
Aunque el instrumento es boliviano, de la fábrica de Pedro Soto, se lo
compré a un guitarrero que construye sus propios instrumentos.
Conocí a Jaime Alés Villalonga hace algún tiempo y cuando me enteré de que vendía un charango de 5 órdenes dobles, es decir, con clavijas suficientes para alojar diez cuerdas, empecé a rumiar la posibilidad de comprárselo y llevar a la práctica una de las ideas que tenía desde hace unos 4 años: un charango (o un ukelele, o un timple) es una buena opción para conseguir una guitarra de niño pequeño con el tamaño adecuado y que no sea un juguete.
Finalmente me decidí a comprarle el instrumento con la condición de que fuera convertible. Quería poder encordarlo con 6 cuerdas como una guitarra minúscula, o como el charango que en realidad es, con sus 5 órdenes dobles (un total 10 cuerdas).
La solución que acordamos fue, por una parte, que me construiría una segunda cejuela (aparte de la que llevaba el instrumento)...
... y por otra parte, que realizaría 4 nuevos agujeros en el puente en los puntos precisos para distanciar adecuadamente seis cuerdas, en el espacio en que antes había cinco dobles cuerdas:
Así fue, como podéis ver por las fotos...
Estoy muy satisfecho con el trabajo de adaptación del instrumento y con la compra.
Un saludo
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