Pero claro, no todo va a ser ocio y veraneo despreocupado... necesitaban mi reseña biográfica...
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cartel realizado por la Asociación Romanillos-Harris |
... siempre es una tarea peliaguda... son documentos con un estilo que me resulta muy poco interesante, que acaban apareciendo en el programa de mano, y que se convierten en una competición de alabanzas más o menos justificadas y en un listado de títulos que recuerdan a descripciones del linaje y la valía de (poniéndonos sandungueros y quijotescos) "andantes caballeros".
Solía respetar el orden en el que fueron ocurriendo las cosas, diciendo que nací en diciembre de 1981 en Madrid, que cursé mis estudios generales y la especialidad de guitarra en El Escorial, o que un año antes de licenciarme en Ciencias Ambientales en la Universidad Autónoma de Madrid, inicié el estudio del Grado Superior de Pedagogía de la Guitarra con Miguel Trápaga.
Así acabé titulándome en esta especialidad en 2006, y posteriormente, en 2008, también en la especialidad instrumental, en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid.
Como todo estudiante (y no lo hago más, ahora por ejemplo, porque entiendo que es un privilegio de guitarristas jóvenes, y que se me ha pasado ese arroz) he asistido como alumno a diversos cursos y clases magistrales con algunos de los profesores que estaban mejor considerados del panorama de mi época.
Desde el año 2007, después de un periodo de trabajo como técnico de medio ambiente en El Escorial que terminó con un despido improcedente, mi actividad profesional gira exclusivamente en torno a la docencia y el estudio de la guitarra.
A lo largo del periodo comprendido entre 2007 y 2017 trabajé como profesor de guitarra en al menos una docena escuelas municipales de música de la Sierra Oeste de Madrid. En ese periodo nacieron mis dos hijos.
También al inicio de esa andadura, oposité sin mucho convencimiento en las penúltimas oposiciones de guitarra para los conservatorios de Madrid en el año 2008.
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cartel realizado por el personal del conservatorio de Sanlúcar |
Ese año tuve también la nunca suficientemente bien ponderada oportunidad de conocer a Gerardo Arriaga. Estuve dando clases particulares con él durante unos años. No sé si debido a una gustosa y necesaria contaminación o por mi propio interés, y quizá por ambos, es ahí donde comienza mi romance con la música antigua. En ese momento empiezo a estudiar el repertorio de vihuela con la guitarra moderna. Es algo que continuo haciendo aún hoy y que creo que me aporta una visión especial sobre los compromisos entre el estilo y el instrumento.
Nueve años después, desde 2017 hasta las oposiciones de junio 2018 en Madrid, tuve la oportunidad de trabajar durante aproximadamente 5 meses como interino de conservatorio en la Comunidad de Madrid. También en ese periodo de trabajo intermitente y a tiempo parcial, aproveché para intentar cursar las Enseñanzas Profesionales de Instrumentos Antiguos del Renacimiento y el Barroco.
Desde
enero de 2019 hasta las oposiciones andaluzas de 2023, he ejercido como
profesor interino en Cazorla, Málaga, Linares y Córdoba. He pasado dos muy
placenteros y productivos cursos trabajando en el conservatorio de Arcos de la
Frontera, como opositor y como funcionario en prácticas; y actualmente soy
docente de guitarra en el CPM Juan de Castro en Andújar.
Como intérprete, no puedo decir que haya actuado en grandes salas, ni que sea un ejemplo de ferviente actividad concertística. No quiere decir eso que no aprecie la especial circunstancia que se genera cuando lo que uno toca “es escuchado”, y que la aproveche y disfrute siempre que la vida lo permite.
Es por esto que quizá ustedes sean las primeras personas en más de 400 años que se vean, el próximo 23 de abril, en la tesitura de escuchar en directo, formal o intencionadamente, algunas de las piezas que “tengo en dedos”. Aún así, muchas de estas fantasías llevan rodándose durante años en numerosísimas e idílicas sesiones en parques, jardines, patios y, a veces, en otros no demasiado idílicos espacios públicos. Si Mahoma no va a la montaña, nunca viene mal pasar el repertorio fuera de la zona de seguridad de nuestras cuatro paredes, y es una una forma humilde y poco costosa de compartir un patrimonio cultural cuya conservación y difusión no parece estar en la agenda de ninguna administración pública. Salvando los últimamente tan denostados conservatorios.
Muchas gracias por su paciencia y su atención.
Pero creo que esa reseña no es la que debía presentar para el programa del concierto de la Asociación Romanillos-Harris. El problema me llevaba rondado varias semanas, y al final, una mañana me desvelé con una idea para empezar a hacerle mella al texto de Sigüenza... que ha quedado así:
Silvestre Peña Ortega, nacido en
1981 y natural de Madrid, vive desde hace demasiado “a caballo” entre Las
Zorreras (olvidado rincón en la red de trenes de Cercanías de Madrid) y las
carreteras de Andalucía. Después de seis años de trashumar por conservatorios
de Madrid, Cazorla, Málaga, Linares, Córdoba y Arcos de la Frontera, es a día
de hoy profesor de guitarra con destino definitivo en Andújar, en el CPM Juan
de Castro. Ha publicado recientemente el CD “Vna pequeñica centella”, que
incluye el 60% de las fantasías conocidas de Miguel de Fuenllana (publicadas en
el libro Orphenica lyra, de 1554).
Muchas de estas piezas no habían sido grabadas ni puestas a disposición del
público anteriormente.
Quizá sea poco elegante que se
advierta aquí (siendo el propio intérprete el redactor de estas líneas) que
cualquier texto biográfico al uso nos dejará con pocos datos significativos y,
en este caso, un vano intento de igualarse al estilo y contenido de las reseñas
de otros instrumentistas con más recorrido, más presencia en clases
magistrales, más titulaciones y con premios en concursos. Aún así, puede
señalarse que estudió en el Conservatorio profesional Padre Antonio Soler de
San Lorenzo del Escorial y en el RCSM de Madrid, en el barrio de Atocha. Es
titulado superior en las especialidades de Pedagogía y de Guitarra y licenciado
en Ciencias Ambientales por la Universidad Autónoma de Madrid.
También a pesar de lo dicho, ha asistido
a un buen número de las necesarias masterclasses, pero se abreviará la retahíla
de grandes nombres, no por minimizar el debido agradecimiento ni sus
aportaciones, sino porque realmente, no se estima que vengan a tener mayor o
menor valor en esta breve explicación.
Quedémonos con que, dentro de
este periodo de estudios formales en conservatorio, recibió clases de Miguel
Trápaga, para continuar regularmente su trabajo, una vez titulado, con el
guitarrista Gerardo Arriaga.
Simultáneamente, trabajó tres
años como técnico de Medio Ambiente en el Ayuntamiento de El Escorial, pero
desde octubre de 2007 vive dedicado al estudio y a la enseñanza de la guitarra.
Al principio ejerciendo como docente en toda suerte de escuelas municipales de
música y academias privadas, y más adelante en conservatorios autonómicos.
Su interés por el repertorio del
S.XVI para laúd y vihuela es la principal razón de que se siente ahora en este
escenario. No es exagerado afirmar que es este repertorio el que ha impedido
que abandone la pretensión de sobrevivir con este oficio y que se dedique a
cualquier otro empleo remunerado al margen de la guitarra y su música.
En esta devoción “renacentista” se
inicia, hace ya 18 años, con la guitarra moderna, pero ha ampliado su reflexión
en torno a la Música Antigua con el uso de reconstrucciones de instrumentos “de
época”. Así, en el año 2017 accede al CPM Federico Moreno Torroba, de Madrid,
en la especialidad de instrumentos antiguos de cuerda pulsada (ICPRB), donde
recibe clases de Pablo Zapico. No ha llegado a titularse en esta especialidad.
Para concluir, estamos pues (quizá)
ante un músico en tierra de nadie, guitarrista entre la ortodoxía de la
vihuela, vihuelista entre la de la guitarra, con demasiado gusto por el blues y
el rock para ser “clásico” y demasiada afición a Giuliani y al contrapunto para
ser “moderno”.
Espero, ahora sí en primera
persona, no haberme vanagloriado demasiado y que disfrutemos de este rato de
música.
Mis más cordiales saludos.
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