martes, 2 de julio de 2024

De Cazorla, un 22 de marzo de 2019.

Este verano quiero poner orden en este "jardín". Hacer unos índices para el blog. Eso debería generar algo de movimiento... quiza algún texto más. 

Y si no son demasiados planes
quiero además organizar la tarea para entrar en el próximo curso con buena inercia, tocando frecuentemente no sólo Fuenllana y la vihuela. Así que ayer comprobé que el laúd sigue funcionando. 

Este proceso también va a suponer repasar algunas cosas que pueden mostrarse por aquí. Hablar de estos asuntos llevará a completar un poco esas lagunas de contenido con materiales e ideas que han ido surgiendo, lógicamente, mientras la escritura y el compartir se quedaban detenidos durante estos últimos años. 

Lamentablemente, los huecos se iran llenando con las narraciones de ocurridos distantes, destilados no correlativos... que espero que sean mínimamente fieles, interesantes e informativos. 

Para mí algunos también son un redescubrimiento. 

Como este preludio, que surgió sentado a la mesa de un ático en la plaza de Santa María en Cazorla. Un piso frío (FRÍO) a la sombra de la Peña de los Halcones, con vistas a una iglesia encargada por el patrón de Narváez y derruida por una riada el año que se imprimió el libro de Guerau; y a un castillo moro... todo enfrente de las narices. 


Recuerdo que estaba estudiando bajo continuo con un laúd recién llegado y que la música que he grabado de nuevo ayer salió en la vihuela primero. La tablatura acabó enviada a una calle con nombre de usurero, donde tenía un piso mi profesor de ICPRB... esos dos últimos trimestres del curso 2018-2019 fueron mis últimos matriculado como alumno en Madrid y mis primeros de docente en Andalucía. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario