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viernes, 9 de septiembre de 2011

¿De qué modo aprenderse los modos?

Si tuviese que responder rápidamente, en una versión abreviada, diría que "tocando despacio".

Ahora bien... podemos ser algo más informativos...


Los vídeos que presento no pretender ser un ejemplo de perfección técnica, ni un modelo de la velocidad pausada con que debe uno iniciarse en este tipo de trabajo; tampoco de la economía de movimientos e independencia de los dedos de ambas manos, parámetros que deben también estar entre vuestras metas.

Aún así, no siendo la velocidad de ejecución la adecuada a mi capacidad técnica actual (estoy un poco oxidado después del mes de agosto), creo que con estos ejemplos tendremos una aproximación razonable, suficiente, sin haber alargado demasiado la duración de los vídeos, y sin ocuparme demasiado tiempo con la grabación.

1.- Lo que siempre suelo recomendar para empezar, y que creo que además es una pauta que me diera mi propio profesor del Grado Superior en relación con este mismo ejercicio, es que se toque varias veces cada nota. Aquí véis cómo suena el patrón que hemos descrito en otras ocasiones para una escala mayor de dos octavas sin cambiar de posición y sin cueras al aire (transportable):


Tocar cada nota un numero par de veces (cuatro en el vídeo) permite (por tocarlas más de una vez) controlar y reducir los movimientos de la mano izquierda; además disminuye la dificultad de reproducir el patrón, al aumentar el tiempo entre la situación o pulsación de cada dedo sobre el diapasón, con lo que, por un lado, se puede atender sin problema a la mano y al atril, y, por otro, se puede trabajar de forma más segura, sin introducir errores en la digitación, o en el resultado sonoro, con lo que el aprendizaje es más sólido y más rápido.

Este ejercicio de escalas, en este caso con notas repetidas, no favorece (creo yo) el desarrollo de un solo aspecto técnico aislado. De la misma forma que ya comenté un poco de manera general en la introducción del índice de técnicas (o rudimentos) de este blog, sería posible identificar varios elementos técnicos entre los que se trabajarían con la ejecución de escalas: la alternancia de dedos en la mano derecha; la regularidad de la pulsación de los mismos; la coordinación entre la acción de ambas manos; o la independencia de dedos de la mano izquierda; por no citar también el volumen; y el timbre;

De modo que, de nuevo, sería cuestionable considerar el ejercicio propuesto como "técnica pura" (si es que tal concepto es practicable, como creo que decía Leo Brouwer en un libro sobre escalas, precisamente). Y ya sabréis que personalmente agradezco que no lo sea y que haya un contenido musical íntimamente ligado a su estudio.

2.- Una vez que el ejercicio está asimilado, una vez que uno ha interiorizado el patrón y es capaz de reproducirlo de una forma más o menos automática, pudiendo limitarse a un control más general de lo que va sucediendo, sin tener que ser plenamente consciente de lo que hace cada dedo en cada instante para que evitar fallos o para que el proceso no se venga abajo, podría ser el momento de trabajar tocando cada nota un número impar de veces. Con esto se introducen nuevas tareas técnicas practicando el mismo tipo de ejercicio: ni los cambios entre cuerdas contiguas ni el comienzo de cada grupo de notas repetidas se realizan ya siempre con el mismo dedo de la mano derecha, (cosa que sí ocurría cuando se tocaban notas pares) y es necesario conseguir un mayor equilibrio en el sonido y en la pulsación de cada dedo de esta mano.

En este vídeo, que podría daros una ligera idea, oiréis cada nota tocada tres veces:


Notad que, como en el momento en que ejecutaba el patrón con cuatro pulsaciones por nota, la escala de dos octavas se realiza en una posición, en este caso en un cuádruplo, ascendente y descendentemente, y luego se repite el patrón un traste más arriba o más abajo.

Esto va ha hacer que nuestro brazo izquierdo trabaje en distintos ángulos y a distintas distancias de nuestro tronco, separado más o menos, "pesando" más o menos, y poniendo en funcionamiento de forma gradualmente distinta la musculatura de nuestra espalda y de nuestro pecho, principalmente. 

Además, las distancias que tiene que abarcar nuestra mano también varían y creo que realizamos un trabajo que mejora la asimilación de sensaciones que no son plenamente conscientes y que tenemos al tocar en distintos puntos del diapasón, es decir, trabajamos en la adquisición de una "propiocepción" más ajustada y más útil al movimiento en cualquier punto del mástil.

La pauta de no trabajar siempre en la misma posición también es un consejo que he recibido en el conservatorio, y me parece que contribuye a relajar la tensión que una posición fija genera en la mano izquierda, no tanto ya en el aspecto ya citado, del brazo.

3.- Cuando tengo el patrón muy interiorizado, y sólo entonces, me permito tocarlo con una sola pulsación por nota, aumentando el ejercicio realizado por la mano izquierda:


En conclusión, como podréis haber visto, la mecánica de trabajo es la que ya describí cuando hablé del estudio de las escalas pentatónicas, que considero un comienzo adecuado, y para los guitarristas que no lleven ya sus añitos tocando, casi un comienzo necesario, previo al trabajo de escalas con el material de los modos: insisto en lo que ya dijera en otra ocasión, cuando comparaba los patrones de las pentatónicas con el "esqueleto" sobre el que se ataría la "carne" de los modos.

Recordad, por favor, que he hablado anteriormente sobre una parte de la teoría o el concepto de los modos en estas entradas: 

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